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Seres extraordinarios
En el pensamiento indígena americano, la naturaleza se funde con la cultura. Es así como los seres humanos asumen atributos del mundo vegetal, animal o mineral, y de igual forma entidades de la naturaleza incorporan características humanas. Estos seres reales y fantásticos a la vez, inciden en el devenir de la vida y de los objetos.

Tláloc muestra su labio levantado, sus dientes engalanados y sus profundos ojos circulares: Este es el rostro de la lluvia.

Dentro del panteón religioso mesoamericano una de las deidades más importantes era el dios de la Lluvia. Tenía diferentes nombres, Tlaloc le llamaban los mexica o aztecas y Cocijo entre otros pueblos que habitaban esta región.

 

Si bien las formas de representación de esta deidad en Mesoamérica podían ser diferentes, al igual que su nombre, se reconocen ciertos atributos en su rostro que son compartidos por todas ellas. Por ejemplo, sus dos ojos como anillos o anteojeras, una nariz en forma de trompa que cae sobre el labio superior, grueso y levantado y el uso de bigotera o adorno bucal. En algunas ocasiones, su boca muestra grandes dientes frontales acompañados de colmillos.

 

En el caso particular de este vaso Tolteca, la imagen de Tláloc se muestra con sus rasgos característicos dando espacio a unos dientes gruesos con manchas en la superficie que parecen representar incrustaciones de piedras semipreciosas, una práctica de ornamentación facial muy común entre las elites mesoamericanas. Sobre los ojos destaca un tocado confeccionado con una cinta horizontal anudada y sobre ella, un símbolo que los estudiosos de la escritura mesoamericana interpretan como el ideograma ‘año’ de la cultura Teotihuacán, el pueblo que antecedió a los toltecas en el altiplano mexicano.

 

Posiblemente este vaso fue utilizado por los toltecas en ceremonias especiales vinculadas al culto a la deidad de la Lluvia. El desgaste que presentan sus bordes indica que fue usado de forma reiterada antes de ser depositado como ajuar funerario de algún dignatario, quizás para beber cacao caliente, tal como lo hacían en vasos semejantes sus vecinos mayas de las tierras bajas de Mesoamérica.

Para saber más

  • MChAP: “Cocijo, Dios de la Lluvia (Zapoteca), Colección del Museo Chileno de Arte Precolombino.

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  • MChAP: “Civilizaciones en México Central”. Exposición Permanente América precolombina en el arte, Museo Chileno de Arte Precolombino.

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  • Fundación Cultural Armella Spitalier, s/f. “Tlaloc, el que hace brotar la lluvia”. Serie 9, libro de difusión.

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Imágenes complementarias

Urna funeraria: Cocijo, dios de la Lluvia. Cerámica, Cultura Zapoteca, 300-900 DC, Área Mesoamericana. Colección Sergio Larraín García-Moreno, MChAP 0039 (187 x 97 mm).