El sonido de una quebrada cercana a Temuco nos acerca a los densos paisajes sonoros del sur de Chile. De pronto aparece el sonido penetrante y potente de dos silbatos, uno prehispánico, de piedra, y otro mapuche, de madera. Ambos fueron tocados por Claudio Mercado el año 2019. Luego se suma el sonido de un kamaruco (ceremonia de nguillatún), grabado por Mario Silva en la Comunidad Mapuche Lago Rosario, Chubut, en la Patagonia argentina en 1980. El ritmo de las pifilcas y los piloilos en este guillatún dialoga con los sonidos de los instrumentos de esta exhibición. Un ejemplo claro de continuidad cultural y sonora.