En un futuro no muy lejano, en el año 2084, Ángel es un migrante climático en una ciudad bajo constante vigilancia. En medio de una existencia sombría y opresiva, Ángel se gana la vida cultivando plantas y preservando la sabiduría de las semillas, un conocimiento que comienza a desvanecerse en este entorno. Dentro de este paisaje desolado, se cruza con Sofía, otra migrante climática que trabaja en una planta de reciclaje. El destino entrelaza sus vidas cuando un encuentro fortuito revela una conexión inesperada: un lenguaje compartido. Impulsado por el anhelo de Ángel por la conexión humana y un destello de esperanza, él se acerca a Sofía. Consciente de la omnipresente vigilancia digital, Ángel decide comunicarse con ella a través de cartas escritas con pluma y papel, fomentando un vínculo íntimo y clandestino.