Los hieleros del Chimborazo se han sometido durante siglos a la inclemencia de este volcán de los Andes Ecuatorianos a cambio de picar un poco de hielo y proveer a su pueblo. Baltazar es el único que continúa con esta profesión, caminando diariamente durante horas para extraer bloques de hielo. Él recuerda con melancolía su juventud y a sus compañeros.