Elena, una mujer maya tsotsil de San Andrés Larraínzar, Chiapas, es desafiada por los usos y costumbres de su pueblo al ser nombrada Síndica municipal por plebiscito, una asamblea comunitaria netamente masculina. Como autoridad, nos introduce a la complejidad del sistema de organización sociopolítico de los sanandresitos en el que la práctica tradicional de la masculinidad comienza a cuestionarse durante el ejercicio del cargo por una mujer.