Blanca y Patzi migraron de Bolivia a Argentina. Llevan con ellas el saber de una historia antigua, la memoria de un sueño en aymará, una casa de adobe, la luna y las cosechas. Al migrar las cosas cambian de nombre, de tiempo, de lugar. Las raíces crecen en la oscuridad recorriendo caminos a través de la tierra. Lo comunitario emerge en la ciudad como forma de construcción de un presente posible. En lo colectivo van trenzando sus historias junto a las de otras mujeres en donde se reflejan y potencian.