En Tuxtla, comunidad de la Sierra Norte de Puebla, el tutunakú es un idioma vivo, la voz de niños, jóvenes y adultos, un idioma que retiembla en los altavoces del pueblo cada día; es la voz de los padres, del recuerdo y del presente. Mientras que para las personas de la tercera edad, aprender español fue una cuestión de supervivencia, para las nuevas generaciones, preservar el tutunakú es resistir a un mundo cambiante.