En los actuales rituales ganaderos andinos, los pastores llenan con grasa vira la cocha o agujero tallado en el lomo de estas conopas de llamas y alpacas. Con este gesto se alimenta a las montañas vivas y a las deidades que en ellas habitan, para propiciar la salud y la fertilidad de los rebaños. Viracocha es el nombre de una fuerza animadora concebida por los inkas, que se personifica en los mitos como el Creador del mundo.