Estos textiles son parte de una antigua tradición andina que sigue vigente hasta nuestros días. En el pasado, fueron paños que envolvían ofrendas funerarias. Hoy, los pueblos quechua y aymara utilizan tejidos similares como manteles o altares en actividades rituales, disponiendo en ellos diversos alimentos, bebidas, dulces, challa, incienso y otros objetos cargados de eficacia simbólica. Estas piezas textiles son fundamentales en las actuales ‘mesas andinas’, los banquetes rituales que se ofrecen a los cerros, los ríos, los ancestros y otras entidades vivas del entorno, esperando retribuyan con fertilidad y abundancia.