Un día soleado, un joven indígena kichwa de la comunidad de Canelos se aventura a dar un paseo por la selva, como es su costumbre. Mientras camina, se deleita con la belleza y la tranquilidad que caracterizan su entorno, así como con la singular conexión espiritual que mantiene con los seres de la selva. De repente, oye un ruido desconocido procedente de la orilla de un río, lo que marca el comienzo del calvario del joven. Lo que parecía un día normal se convierte en un tormento cuando descubre la presencia de un ser nunca visto cuyo rugido resuena en la selva. La pacha mama y su pureza, personificada en el warmipangui, se ven amenazadas de una forma que el joven nunca hubiera imaginado. Su vida cambia drásticamente por la intervención de individuos sin escrúpulos cuya búsqueda de riqueza conduce a la destrucción del hábitat de los seres vivos.