En 1960, el pueblo zapoteco de Juchitán fue despojado de una deidad tallada en piedra. La llevaron a la ciudad de México para ser exhibida en el Museo Nacional de Antropología. Sesenta años después, Tá Cándido, su joven amigo Carlos y la profesora Edith se reencuentran para demandar a las autoridades que devuelvan la figura de piedra a su territorio ancestral.