El Museo Chileno de Arte Precolombino, a partir del conocimiento de nuestro pasado y de las múltiples identidades de América, desde sus inicios ha buscado ser un espacio de reflexión sobre nuestro presente. Hoy, iniciando el mes que conmemora los 50 años del Golpe de Estado, revisitamos nuestra historia y memoria institucional, para ofrecer una exposición que se aproxime –a partir de sus colecciones de arte precolombino– al sentir de una fecha tan significativa para Chile.
Nuestra próxima exposición temporal, a inaugurarse en noviembre de este año, se llama “Quiebres y Reparaciones”. Su nombre alude a cómo los pueblos precolombinos repararon, modificaron y transformaron sus objetos y herramientas con distintos propósitos: en algunas ocasiones, lo hicieron para prolongar sus usos, mientras que en otras los quebraron o “mataron” intencionalmente, para que cuando sus dueños falleciesen, dejasen de ejercer su función junto a la muerte de ellos.
Este vaso kero Arica-Inka (1470-1532 d.C.) fue reparado con una masa de algodón prensado y resina que se introdujo en la grieta, de modo de asegurar que pudiese continuar en uso. La fisura, sin embargo, se mantiene visible, aun cuando estos pueblos contaban con técnicas para hacerla menos evidente.
Esta pieza es un ejemplo de los procesos de reparación que, desde tiempos inmemoriales, se practican en toda América. El remiendo es una operación tanto física como simbólica; un paso indispensable para prolongar la vida de objetos y así, darle continuidad a sus ritos y culturas. Al revisitar estas piezas rotas e imperfectas, deliberadamente quebradas o remendadas, buscamos también reflexionar sobre los quiebres y reparaciones de nuestra propia historia.
A 50 años del Golpe de Estado, esta exposición nos invitará a mirar con qué cuidado e inteligencia los pueblos que habitaron América asumieron las heridas de estos objetos como parte de su memoria histórica. Y cómo, cuando reconocieron la urgencia de la reparación y restauración en su cotidiano y usos rituales, enfrentaron dicha práctica como un deber ineludible.
En su misión por reconstruir una memoria que ponga el cuidado en el centro del debate, el Museo Chileno de Arte Precolombino continuará estableciendo puentes que piensen y hagan posible un futuro común.