Este textil perteneció al ajuar funerario de un individuo que fue sepultado hace más de dos mil años en un cementerio arqueológico de la ciudad de Calama, Región de Antofagasta.
Comprende un paño cuadrado de cuatro orillas, tejido a telar en técnica de tapicería con fibra de camélido en las tramas y fibra vegetal en las urdimbres, decorado con la representación de un rostro humano de rasgos felinos (por sus dientes pronunciados), del cual salen apéndices radiales en forma de triángulos de base escalonada. Imágenes semejantes a la de este textil son frecuentes en la iconografía de las vasijas cerámicas y estelas de piedra de las culturas Pucara y Chiripa, dos sociedades agroganaderas que habitaron en torno al lago Titicaca, que por esa época ejercía sus influencias económicas y religiosas en la costa sur del Perú y el norte de Chile. Algunos investigadores piensan que este tejido tendría un origen altiplánico, al igual que otros textiles con similares técnicas y diseños encontrados en otros lugares del norte chileno, como Tarapacá y que no tienen antecedentes en la tradición local. Es posible que arribara a esta región del río Loa a través de intercambios o como regalos, sirviendo el doble propósito de difundir la ideología de estas importantes sociedades altiplánicas y de ser un bien que le otorgó prestigio a su portador o usuario.
No hay certeza de la función que desempeñó este textil antes de ser ofrendado en la tumba, pero su parecido formal con ciertos paños ceremoniales de larga tradición prehispánica y que que son habituales entre los actuales aymaras y quechuas de los Andes bajo el nombre de taris o inkuñas, sugiere un uso como envoltorio de preciadas piezas rituales, o como mantel “altar” sobre el cual se realizan las actividades ceremoniales.
Fibra de camélido. Cultura Arica, 1000-1400 DC, Norte Grande de Chile, Área Sur Andina. Donación Sergio Larraín García-Moreno, MChAP 0782, 590 x 415 mm.