El arte Rapa Nui muestra muchas similitudes con el de los antiguos pueblos polinésicos de donde derivan sus raíces ancestrales. Este se expresa en su arquitectura, en las esculturas, la música, la danza y en sus tradiciones orales, entre otras manifestaciones de esta sociedad isleña. La escultura en madera, al igual que la mayoría de los tallados y el grabado, fue trabajo de hombres, y en el caso de los objetos de prestigio o de aquellos sagrados y utilizados en los rituales, eran obra de los propios sacerdotes. Dada la fuerte carga simbólica de estas esculturas, se elegía para su fabricación la madera roja, dura e imputrescible del toromiro (Shofora toromino), el árbol sagrado que se cultivaba alrededor de sus centros ceremoniales. Más de la mitad de las esculturas fechadas en el siglo XIX fueron confeccionadas con la madera de esta especie, hoy prácticamente extinta en Rapa Nui.
Dentro de las representaciones humanas más conocidas llamadas genéricamente moai miro (esculturas de madera), destacan las figuras de hombres con el esqueleto a la vista o moai kava kava. Más antiguas y menos comunes son las esculturas de hombres y mujeres (moai tangata y moia pa’a pa’a, respectivamente), de estilo naturalista y estereotipado, pues siguen un modelo que surge de sus ancestrales tradiciones culturales y creencias religiosas. Son esculturas sagradas y representan espíritus de los antepasados del pueblo rapa nui. Sus dueños las llevaban colgando del cuerpo durante las fiestas y las guardaban en sus casas envueltas en tapas o tejidos de origen vegetal. Durante las ceremonias se las cargaba de energía y simbolismo, entre cantos, plegarias y ofrendas, o bien, se les desactivaba su vitalidad y poder removiéndoles sus ojos de obsidiana o de hueso. Las figuras masculinas y femeninas se reconocen por sus órganos sexuales, y en el caso de las femeninas, además porque son más estilizadas, con su característico cuerpo plano, sin senos y con largas manos. Un antiguo mito cuenta que fue un ariki o héroe civilizador quien creó estas esculturas. Primero hizo a los moai kava kava con rasgos feroces y cadavéricos para dominar a los espíritus aku aku, y luego, en un sueño visionario, se le ordenó hacer la figura de una mujer a la que llamó moai pa’a pa’a.