Entrevista a Francisco Moreira (VÑVM) y Rocío Rojas Monsalve, Contactos y resonancias: Textiles y melodías de la Araucanía al Apurímac

Por Paula Campos

Microdocumental sobre el proceso de grabación del proyecto “Contactos y resonancias: Textiles y melodías de la Araucanía al Apurímac”, registrado por Claudio Mercado.

La exposición Contactos. Textiles coloniales de Los Andes, actualmente en exhibición en el Museo Chileno de Arte Precolombino, es una fuente de inspiración para entender aquellos primeros puentes tejidos entre el mundo indígena y la conquista, pero también, presenta las tensiones propias que siguen existiendo en diversas expresiones culturales. 

Tensiones abordadas musicalmente por Francisco Moreira Herrera (VÑVM) y Rocío Rojas Monsalve, en su proyecto “Contactos y resonancias: Textiles y melodías de la Araucanía al Apurímac” con el que visitaron el Museo. “Nuestra música también es una tensión: usamos elementos lejanos a los originales: un violín y una voz lírica. Pero en sí misma es una resistencia al perdurar en lugares ajenos, no convencionales ni tradicionales. Yo creo que la música mapuche contemporánea por ejemplo tiene esa dicotomía: mezclarse para perdurar”.

Escucharlos y ver el video registrado por Claudio Mercado es otra invitación a adentrarnos en la exposición. A través de su proyecto “Contactos y resonancias: Textiles y melodías de la Araucanía al Apurímac”, la pareja de intérpretes buscó plasmar cómo la música indigenista se integró a los formatos de música orquestal durante la década de 1940.

¿De qué manera la música que crean busca reflejar o reinterpretar las tradiciones indígenas en un contexto contemporáneo?

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

El pasado y el presente conviven en nuestro trabajo de arreglo e interpretación, ya que versionamos hoy 2025 músicas del movimiento indigenista de Sudamérica de la década del 40 del siglo pasado, e incluso más antiguo. A veces me pregunto cómo es que pueden un puñado de canciones perdurar tanto en el tiempo, y me doy cuenta que es gracias a recopiladores y recopiladoras que salían con grabadoras portátiles. Nuestras canciones suenan contemporáneas y antiguas, es por la mezcla de las melodías y los instrumentos elegidos, un fuerte contraste que logra sentirse genuino y vivo.

Rocío Rojas Monsalve: 

El indigenismo antes que un movimiento coherente, fue una tensión dentro del sistema cultural latinoamericano. Por lo tanto nuestro reto fue resignificar nuevamente esta tensión, pero desde la música, integrando lenguas vernáculas que paradójicamente están insertas en formatos de tradición europea como es la música orquestal. Hoy, aunque los medios contemporáneos permiten la circulación masiva de saberes ancestrales, nos enfrentamos a través de estas piezas musicales a la experiencia de que quizás aún no hemos superado la  complejidad epistemológica del indigenismo. Creo que las obras que decidimos interpretar a dúo de violín y voz, que es un formato generalmente inusual de dos instrumentos melódicos, buscan representar esa fricción. 

En las composiciones escogidas, como las interpretadas en el Museo, ¿cómo se integran elementos de la música tradicional con técnicas modernas?

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

El formato de violín y voces es algo bastante raro, al menos lo he visto poco en la tradición docta, no así en la popular. Lo más tradicional que tienen las piezas que investigamos son las melodías, las que conectan de manera más real con las músicas de los pueblos originarios mapuche y jíbaro, respectivamente. Pero su instrumentación pasó de la tradición oral a las versiones orquestales del chileno Carlos Isamitt y de la peruana Yma Sumac, y así hoy 2025 a unas nuevas versiones más cercanas a la música contemporánea, pudiendo desde las propuestas orquestales, volver a algo más mínimo e íntimo. El violín lo logró percutir y armonizar de maneras no tan convencionales, es una técnica extendida. Eso nace de la escucha del kultrung (tambor mapuche) y el trompe (arpa de boca).

Rocío Rojas Monsalve: 

Quizás la mejor manera de representar este desafío de integración la encontramos en la obra de Yma Sumac, una de las cantantes que contaba con uno de los registros vocales más inusuales en la historia de la música. De hecho, apareció en el libro del Record Guiness en la década de los 50 por contar con un registro vocal de 4 octavas. Ella contaba que aprendió a cantar imitando a los pájaros en su tierra natal y, sin embargo, logró construir una carrera muy fructífera llegando a interpretar el repertorio clásico de una cantante lírica en los teatros del mundo. En mi caso, yo recuperé mis propias investigaciones sobre su obra, tanto en lo musical como el momento histórico que atravesó su carrera. Su forma de cantar siempre estuvo cruzada por la feliz incomodidad de la traducción. En parte, ese ejercicio de traducir lenguajes y tradiciones musicales es el que me guió al momento de cantar la pieza Yawar. 

¿Qué importancia tiene la relación entre los sonidos de la naturaleza y la música tradicional en sus obras? 

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

La relación, si bien no se da directamente con la naturaleza a través de sonidos de instrumentos originales mapuche y de la Amazonía, se da de una manera que conecta con aspectos emocionales y representativos de la naturaleza. En “Umac ül Pichichen” podemos escuchar un susurro de una madre a un niño para hacerlo dormir, a través de la evocación del Ngürü (zorro), y de los sonidos nocturnos de la naturaleza y sus oscuridades, en “Yawar” en cambio escuchamos una especie de mantra textual de la palabra sangre, dándonos a sentir el poder de la tierra y los temblores, algo bastante telúrico que proponía de manera muy virtuosa y excepcional Yma Sumac.

Rocío Rojas Monsalve:

El mapuzungún y el quechua, como otras lenguas originarias, cuentan con un elemento onomatopéyico muy pronunciado. Los sonidos muchas veces quieren expresar eventos, objetos y flujos que encontramos en el diario vivir de los pueblos que hablan estas lenguas. Más que solamente imitar los sonidos de la naturaleza, en realidad, expresan como las comunidades originarias, mestizas y modernas, entienden su propia relación con el mundo, y en ese mundo es central la naturaleza. Por eso, no es raro que al oír las piezas que interpretamos se escuche un paisaje.

En los Andes, los textiles son narraciones vivas de resistencia y mestizaje. ¿Encuentran paralelismos entre estas historias y lo que intentan comunicar musicalmente? 

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

El paralelismo es un poco complejo, ya que el textil perdura como elemento material en el tiempo, pero la música y las melodías, antes de que existieran las grabadoras, perduraban a través del boca en boca. Más cercano a las vibraciones y frecuencias en el aire y los espacios, totalmente inmaterial. Es una resistencia en sí poder apreciar y reivindicar el arte textil de Los Andes, ya que por mucho tiempo se le ha considerado como una mera artesanía, devaluando y menospreciándolo. Reversionar e interpretar melodías mapuche de hace siglos, también es una resistencia a su pérdida en el tiempo y a su olvido, además de ponerla en valor y compartirla nuevamente a través de éstas grabaciones y videoclip. Una ventana al pasado: así sonaban las canciones del 1930 y antes.

Rocío Rojas Monsalve: 

Una de las cosas que me llamó la atención de la exhibición es la repetición del motivo del pájaro bicéfalo, que representa la cosmovisión dual del mundo. Hay ahí una pregunta sobre cómo hoy día elementos que percibimos como separados y antagónicos, en realidad, contienen en su interior una promesa de síntesis. Esto se relaciona mucho con el esfuerzo que hace un instrumento como la voz humana al tratar de integrar en una sola obra una expresión musical cruzada por la herida colonial. La pregunta por cómo se puede trenzar un telar andino en La Colonia, para mí, terminó pareciéndose mucho a la pregunta por cómo los sonidos de la tierra pueden ocupar un teatro de música clásica o una sala de museo. 

Si la  música fuera textil, ¿cómo sería su diseño? ¿Qué historias buscaría tejer?

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

La música es un entramado de capas, melodías, ritmos, alturas y acordes, que se van entretejiedo al igual que un textil. Su diseño en este caso sería algo simple, pero poderoso, emotivo en su diseño de colores tierra y verdosos para la canción de cuna de Margarita Alem, y de colores mas vibrantes, rojos, ocres e incluso amarillos para la canción de Yma Sumac.

Rocío Rojas Monsalve: 

Al igual que los textiles de la exposición, la música ha resistido el tiempo, las mudanzas y el olvido. En ella, el tiempo teje la historia de nuestros ancestros como si fuesen hilos, y aunque a veces, un fragmento parezca perdido, al separarse dos pasos, aparece nuevamente la imagen completa de una cultura que todavía sigue iluminando el mundo con su sabiduría, con su visión y sus sonidos. 

Al igual que los textiles coloniales que muestran complejidad y transformación cultural, ¿Creen que la música puede servir como un puente para entender la historia y la identidad de los pueblos americanos? 

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

La música es un arte que siempre ha acompañado a las sociedades y diferentes pueblos. Yo creo que aparte de hacernos entender los pensamientos e historias de sus compositores originales, también nos regalan un acercamiento a lo más sensitivo, al espíritu de los creadores y creadoras del arte precolombino, completamente la esencia de la identidad. Yo creo que esa identidad ha perdurado, medio escondida. En el presente yo siento mi identidad más nutrida a través de estas investigaciones e interpretaciones.

Rocío Rojas Monsalve:

Es un puente construido sobre un río caudaloso y cuyo tránsito ha sido en extremo complejo. Detrás de estas expresiones musicales es determinante escuchar la voz de las comunidades, dándoles siempre un espacio de integración y respeto a sus saberes. Si algo espero que se logre desde nuestra intervención musical, es visibilizar ese puente entre el pasado y el presente que se crea al momento de cantar frente a estas obras hechas por manos que con la música todavía podemos encontrar habitando nuestro mundo contemporáneo. 

¿Qué opinan de las exposiciones como “Contactos: Textiles Coloniales de los Andes”, que buscan explorar las tensiones entre imposición y resistencia? ¿Cómo dialoga su música con estos temas?

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

Yo creo que la exposición genera una fuerte tensión al poner los textiles en marcos metálicos. Me recuerda un poco el arte industrial, muy alejado igualmente del contacto con la piel humana y de los animales, que es la razón y utilidad original por las que fueron creadas: abrigarnos. La resistencia creo que está en que han perdurado gracias a las colecciones privadas y las de los museos del Perú y de Chile. En fin, una fuerte tensión en sí misma, pero que resiste en el foco en el arte mismo. Mi música, la que con Rocío hacemos, también es una tensión: usamos elementos lejanos a los originales: un violín y una voz lírica. Pero en sí misma es una resistencia al perdurar en lugares ajenos, no convencionales ni tradicionales. Yo creo que la música mapuche contemporánea, por ejemplo, tiene esa dicotomía: mezclarse para perdurar.

Rocío Rojas Monsalve: 

Me parece fundamental repensar la agencia que tuvieron los pueblos originarios para forjar nuestra cultura en contextos de violencia colonial. En esos textiles podemos ver cómo esas culturas encontraron maneras de habitar un espacio que exigía una nueva forma política. Tejer se convirtió en un acto de resistencia, hay acaso en esa dinámica la posibilidad de pensar una lección que las artes textiles le regalan a la música. 

¿Cómo piensan que los artistas contemporáneos pueden colaborar con instituciones culturales, como el Museo Chileno de Arte Precolombino, para mantener viva la memoria de las tradiciones indígenas y sus transformaciones?

Francisco Moreira Herrera – VÑVM:

Yo creo en el poder de los archivos de los museos: son materiales que están catalogados y ordenados, excelentemente guardados y conservados. Ahí entramos los artistas a revisarlos y escucharlos, a reproducirlos y reinterpretarlos. Yo creo que les damos vida en el presente. El arte vivo es el alma dentro de espacios donde se guarda y se conserva. El resultado es transformación y vida.

Rocío Rojas Monsalve: 

Crear un archivo siempre implica una decisión sobre qué preservamos y qué dejamos ir. En este caso la música es una de las artes más complejas para salvaguardar y por lo tanto, es sumamente importante que instituciones dedicadas a trabajar con archivos musicales estén dispuestas a repensar cómo podemos legar este patrimonio inmaterial a la memoria de nuestros pueblos. La puesta en escena de Contactos y resonancias en el museo, junto a los textiles, muestra cómo el patrimonio material e inmaterial, exhibidos en conjunto, y con una perspectiva fuerte de curaduría y archivo, pueden reforzarse mutuamente.

Los intérpretes:

El violinista Francisco Moreira (VÑVM) y la directora musical Rocío Rojas Monsalve son reconocidos músicos locales. Destacan en la difusión de la música con raíces indígenas y folclóricas. Francisco Moreira Herrera, conocido artísticamente como VÑVM, es un violinista y compositor, destacado por su labor en la música para audiovisuales (Pulsar 2023) y las producciones en la música mapuche contemporánea. 

Rocío Rojas Monsalve es directora musical, compositora e investigadora especializada en diplomacia cultural y la cultura de la paz. Ha participado en más de 50 misiones diplomáticas, colaborando con el gobierno chileno y la UNESCO fomentando las conexiones diplomáticas, artísticas y culturales de nuestro país, siendo premiada por su trabajo el 2017, por CIOFF-UNESCO en Italia. Su trabajo sobre la música de las comunidades indígenas del sur de Chile tiene como objetivo fusionar la música folclórica y clásica para el entendimiento intercultural. Durante más de una década, ha centrado su investigación en los intercambios culturales transpacíficos a través de la música folklórica, vinculando las culturas de Asia y América Latina. También es la creadora de la serie “Mapa Sonoro Chileno” en el Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos (DRCLAS) de la Universidad de Harvard. 

Algo más sobre las obras escogidas:

“Umaq ül pichich’en” recopilada por Carlos Isamitt

Carlos Isamitt Alarcón (1887-1974) fue un destacado compositor, pintor e investigador chileno, reconocido por su interés en la cultura mapuche y el folclore chileno. Una de sus obras más emblemáticas es “Friso Araucano”, compuesta en 1931, recopilada en Wallmapu a principios del siglo pasado. Colaboró también activamente junto a muchos músicos de la escena popular como Violeta Parra y Margot Loyola.

“Umaq ül pichich’en”, pieza recopilada por Carlos Isamitt a orillas del río Quepe de la voz de Mariquita Alem, nos invita a sumergirnos en la naturaleza araucana de 1900, invocando el susurro y la protección de una madre contra el depredador. La reinterpretación de esta composición de tradición indígena a través de la música docta, busca explorar el carácter impresionista que nos ofrece Isamitt, manteniendo el constante uso de intervalos de novena y un ámbito vocal grave en su ejecución. La recopilación del material y edición crítica de su obra, “Friso Araucano” (1931), estuvo a cargo del académico Dr. Freddy Chávez.

“Yawar” de Yma Sumac

Yma Sumac (1922-2008) fue una soprano peruana reconocida por su extraordinario rango vocal y por popularizar la música tradicional andina a nivel internacional. “Yawar” es una de sus interpretaciones más destacadas, donde combina elementos de la música folclórica peruana con su singular estilo vocal, y un registro en particular más bien grave.

La palabra “Yawar” significa “sangre” en quechua, y la canción refleja temas profundos relacionados con la cultura andina. Yma Sumac incorporaba en sus interpretaciones sonidos que evocan la naturaleza y la fauna de los Andes, creando una atmósfera única en cada presentación.

Compartir:

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email