El valle de Pirque, situado al sur de Santiago y separado por el río Maipo, posee una rica tradición musical campesina. El canto a lo poeta y el guitarrón, los versos, las cuecas, tonadas y romances son parte de esa identidad pircana. También las largas noches que se pasan cantando para honrar a un santo, al niño dios, o como en este fin de semana, los cantos a la pasión o padecimiento de Cristo.
Se trata de una historia cantada por más de 2 mil años, pero que en este caso no se ambienta en los escenarios de la Biblia, sino que en los horizontes sinuosos del valle de Pirque y Chile central. También en sus atardeceres cordilleranos, bandadas de pájaros, disputas de terrenos, amoríos, celebraciones y asesinatos. Junto a los cantos al Niño Dios, narraciones de algún profeta del Antiguo Testamento, el diluvio universal, la creación o el nacimiento de Jesus, son todos parte de la memoria campesina y constituyen un patrimonio oral de Pirque.
Así, la temática divina que expresa la fe y devoción de los cantores se mezcla con el canto a lo humano: historias de alegrías y tristezas cotidianas que se expresan a través de payas, y dan cuenta del poder de improvisar; de la sabiduría, rapidez e ingenio de los grandes cantores.
Y si bien una y otra vez se repiten las historias, estas se cantan con distintos versos, cada uno formado por décimas, vale decir, con cuatro estrofas de diez líneas cada una. Así, el canto a lo poeta –que reúne el canto a lo humano y el canto a lo divino– persiste como una tradición en la memoria y comunidad.
Uno de los lugares en donde se sigue realizando la vigilia por la muerte y resurrección de Jesús es en Palmas de Alvarado, Olmué. Este lugar y celebración es muy especial ya que se trata de una de las pocas localidades que posee una capilla dedicada al culto del Niño Dios, en vez de a la Virgen, sostiene Pablo Villalobos, archivero del área de Patrimonio Inmaterial.
Canto a lo divino de Semana Santa en Palmas de Alvarado, 2002. Autor: Claudio Mercado
Canto de semana santa en Palmas de Alvarado, 2023. Autor: Claudio Mercado.
Durante la vigilia, los campesinos pasan toda la noche cantando versos frente a la imagen celebrada, al compás de una guitarra traspuesta, –afinada a un modo distinto al que lo conocemos en la ciudad y en el mundo occidental. Los cantores dicen que existen 40 afinaciones, melodías y maneras diferentes de relacionar las alturas de las 6 cuerdas de la guitarra. Por la manera particular en que se canta y se toca, por las horas sostenidas sin dormir, la concentración y la fe en la imagen, se comparten momentos de mucha emoción y de conexión con lo sagrado.
“Los buenos cantores pueden estar la noche entera sacando versos sin repetir ni uno. Por eso dedican buena parte de sus vidas, al trabajar la tierra o realizar cualquier actividad, a pensar el mundo en versos”, escribe Claudio Mercado, jefe del área de Patrimonio Inmaterial, en el libro Chosto Ulloa y Santos Rubio: dos cantores nombrados (2014).
Cantos al niño Dios en San Vicente de Pirque, en donde un grupo de cantores de Pirque, San Felipe y Santiago pasaron toda la noche cantando. Cada año Claudio Mercado realiza un canto al Niño Dios. Este 2024 fue el 16 de marzo.
Horas y horas cantando
El área de Patrimonio Inmaterial del Museo Chileno de Arte Precolombino –constituida por Claudio Mercado y el archivero Pablo Villalobos– ha reunido un valioso material con 700 horas de canto a lo divino, de las cuales han ido digitalizando para ponerlas a disposición de todas las personas.
Además, cada año se reúnen a cantar con los guitarroneros de Pirque, generando lazos de amistad que traspasan generaciones. El registro audiovisual y edición de cada uno de estos encuentros se puede ver en el Youtube y el Archivo Patrimonial del Museo, espacio que ha resultado fundamental para la misma comunidad de guitarroneros y otros, como los integrantes de los bailes chinos del valle de Aconcagua, quienes luego de las fiestas quedan a la espera de estos registros que refuerzan la identidad colectiva de estas prácticas rituales de la zona central de Chile.
Guitarroneros emblemáticos de Pirque fueron don Chosto Ulloa y don Santos Rubios. Sobre el primero, Mercado recuerda que “no sabía leer ni escribir y tenía cientos de historias bíblicas en la cabeza y que pasaba buena parte del día analizando y reflexionando sobre ellas. Don Chosto era el místico del grupo de los guitarroneros, había tenido revelaciones en sueños y visiones que le hacían tener un conocimiento directo y empírico de los temas profundos, la religión, la visión del mundo.” escribe en el libro sobre estos dos cantores de renombre.
Mercado, quien los conoció en 1999 y fue su aprendiz, registró en video sus reflexiones sobre la historia sagrada, el aprendizaje por medio de los sueños, las creencias e historias del valle, además de versos y entonaciones. Con Santos Rubio recorrieron muchos caminos cantando en la Virgen de Cacho de Cabra, la vigilia de Loyca en San Pedro de Melipilla, las mandas al Niño Dios de Malloco o durante la búsqueda de un arriero en el cajón del Maipo. Todos fueron registrados y su memoria pervive en el archivo audiovisual y sonoro del museo.
Mira La caña con choclo. Historias pircanas. 2015. De Claudio Mercado y Gerardo Silva.
La última vigilia que cantó Santos fue en 2011, un mes antes de morir, en la casa de Juan Pérez, en Santa Rita, Pirque, justamente para Semana Santa. Este fin de semana se reactiva el recuerdo del padecimiento de Jesús en el canto del sábado en Las Palmas de Alvarado, Olmué, rodeado en el escenario de tordos, aguiluchos, cerros y bosques, transformando en poesía oral la historia bíblica de la pasión.