Para unirnos a la conmemoración nacional del día de la música conversamos con el principal archivero del Museo, el antropólogo y musicólogo Claudio Mercado, quien desde el año 1989 ha recorrido incansablemente gran parte del país recopilando voces, sonidos y cantos, también, experimentando con instrumentos precolombinos y facilitando instancias de encuentro y devolución de materiales a músicos campesinos y comunidades indígenas.
En estas tres décadas de trabajo Mercado no solo ha logrado consolidar un rico universo musical de los pueblos de Chile y América. También, ha sabido poner en acción el gesto que cierra virtuosamente este intercambio de saberes sonoros: devolver a los propios cultores el registro de estos trabajos, para que tanto el archivo que acoge el Museo como las comunidades se transformen en los guardianes y custodios de este tesoro, por mucho tiempo más.
Una exposición iniciática
El ámbito musical ha sido un tema relevante para el Museo Chileno Precolombino desde sus comienzos. Tanto así, que la primera exhibición temporal tuvo en su eje a los instrumentos musicales de América precolombina. Con el título “La música en el arte precolombino” esta exposición, inaugurada en 1982 (tan solo un año después de la fundación del Museo) fue curada por José Pérez de Arce, pionero en la investigación de instrumentos musicales prehispánicos de Chile y América, y quien posteriormente lideraría el área de museografía del Museo Chileno de Arte Precolombino, por más de 3 décadas.
Fue esta exhibición la que plantó la semilla para armar un archivo sonoro ordenado y sistematizado; los primeros pasos para lo que sería el futuro Archivo Audiovisual del Museo Chileno de Arte Precolombino. Para esa exposición, José Pérez de Arce solicita vinilos a distintos sellos discográficos que tenían colección de lo que para entonces se conocía como “World Music”. Claudio Mercado se incorpora en 1989 y de esos años recuerda cómo se acumulaban cintas, casetes y vinilos con voces y sonidos de Chile, tal como una torre de Babel, además de las cientos de horas de grabación que eran resultado de los largos viajes que realizaba tanto José Pérez de Arce de Arica a Puerto Williams como Claudio Mercado en sus incursiones a Toconce, Ayquina y varios poblados del desierto de Atacama. Estos registros formarían el actual Archivo Sonoro y el Archivo Patrimonial, ambos con materiales únicos, obtenidos en terreno que hoy se pueden consultar de forma presencial como en la web del Museo.
Los conciertos de La Chimuchina
Los 90 en el Museo estuvieron marcados por una fuerte influencia musical gracias al grupo de música experimental La Chimuchina, fundado también por Claudio Mercado y José Pérez de Arce, quienes conjugaron investigación arqueológica y etnomusicológica con creación contemporánea. La Sala Fundación Andes, en el Patio Sur del Museo, se transformó en un verdadero centro neurálgico de artistas, investigadores, estudiantes, miembros de pueblos originarios y del mundo campesino que encontraron un espacio creativo y de investigación en torno a una musicalidad que los conectaba con sus raíces, una en la que, a diferencia de la música occidental, se veían representados.
En paralelo, Claudio Mercado continuaba registrando en terreno la ritualidad musical de los pueblos, sus cantos y danzas: un levantamiento etnomusicológico que tuvo también en su centro el registro de los bailes chinos del Chile central. En todos esos terrenos, la prioridad estuvo en documentar y a su vez devolver a la propia comunidad registrada el material que generosamente ellos se disponían a compartir, como una forma de agradecimiento y reciprocidad, pero también, como un archivo a disposición de todos que promueve la mantención de tradiciones que aglutinan y dan sentido a estos pueblos y culturas.
Y es que para Claudio Mercado, devolver estos materiales es clave en el trabajo etnomusicológico. En sus palabras, es lo que llena de sentido este trabajo. “Ellos nos abren las puertas, nos entregan su confianza, y nosotros debemos responder de la misma manera. No podemos transformarnos en el investigador de la ciudad que sale a la ruralidad para apropiarse de una obra ajena. Este material siempre debe ser retornado”, sostiene Mercado.
Tras décadas de registrar y archivar documentos sonoros, la pregunta cómo enfrentar el archivo patrimonial atraviesa no solo al director del área de Patrimonio Inmaterial, sino a todas las colecciones del Museo Chileno de Arte Precolombino. Es una interrogante que sigue sin ser resuelta, que exige y desafía tanto a las personas que trabajan en museos como a la sociedad chilena en un constante cuestionamiento respecto a conceptoscomo patrimonio, colecciones, y por cierto, museos. Ya en 2010, Claudio Mercado se preguntaba en un artículo titulado Abriendo los archivos antropológicos al mundo. (2010) cómo enfrentar este complejo escenario. Ahí escribe: “¿Tengo derecho a subir la filmación de una larga e íntima conversación con un campesino que me cuenta sus conocimientos y su vida porque nos hemos hecho amigos durante los 20 años que llevo tocando flauta en su baile ritual?”. Preguntas que muchas veces resulta sumamente difícil de contestar.
Hoy, Mercado sigue trabajando en las grabaciones registradas desde 1990 junto a José Pérez de Arce en torno a los pueblos originarios y campesinos de Chile. Son alrededor de 600 horas de cantos, música, cuentos, historias, paisajes sonoros y 120 instrumentos musicales prehispánicos que reúnen esta valiosa colección, la cual sigue creciendo. Esto, sin contar las más de 700 horas de la colección personal que posee Claudio Mercado. En el canal de Youtube se suman 114 videos de bailes chinos del Chile central, 29 programas de “Descifrando la música precolombina” y el Soundcloud del Museo Chileno de Arte Precolombino ya acoge 1888 pistas de audio con sonidos y músicas americanos, incluyendo instrumentos precolombinos. Hoy celebramos este registro con una potente agenda de actividades que dan cuenta de la riqueza de la música de los pueblos de América.
Por Paula López W.