Durante la mañana del viernes 25 de agosto, el Museo Chileno de Arte Precolombino recibió a tres grandes exponentes del arte textil sudamericano. Los invitados fueron la diseñadora y artista textil Sofía Hott, la tejedora cuzqueña Nilda Callañaupa y el tejedor williche Osvaldo Guineo.
El encuentro fue en la Sala Andes del Museo Precolombino, y el eje de la conversación –moderada por Pedro Mege, antropólogo y director del CIIR– estuvo en la interculturalidad que auna y revitaliza a las diversas prácticas textiles, en aquel “tiempo multidimensional del textil que da cuenta de todo lo exquisito de los pueblos oroginarios de América”, sostuvo Mege. El conversatorio se complementó con una exhibición de las obras de parte de los artistas a público, en el Patio Sur del Museo.
Este encuentro se enmarca en un primer hito de lo que será la futura exposición en el Museo llamada “Arte textil de contacto”, curada por la historiadora Olaya Sanfuentes y la arqueóloga Gloria Cabello, cuyo propósito es relevar la interculturalidad a partir del tramado del tejido de diversas culturas andinas. Carlos Aldunate, presidente de la Fundación Larrain Echenique y que estuvo presente en el conversatorio, destacó la importancia de relevar a estos “héroes de un oficio que es urgente dar a conocer y revitalizar”. El Encuentro y la exposición son apoyadas por Escondida | BHP y la Ley de Donaciones Culturales.
Sofía Hott: el cuerpo como un telar para narrar historias
Sofía Hott es diseñadora gráfica y artista textil. Pero su trabajo en torno a esta materialidad ha buscado indagar en la conexión íntima, profunda y atemporal que establece el cuerpo cuando se aproxima al oficio del tejido. Es así como una de sus obras emblemáticas incorpora el tejido de su propio pelo, invocando así el “ocupar el cuerpo como forma de hace material”. Y es que para la artista y docente, el textil no es solo una técnica, sino una forma de escritura, “en donde usamos el cuerpo como una forma de narrar historias. Para Sofía, esta vocación implica también transmitir a otros no solo la importancia de la técnica, sino también el lugar del cuerpo en el uso del tejido. “Con los textiles, siento una contención. Y por eso me importa poder mostrar afectivamente este trabajo tradicional”, sostiene la artista.
Paisajes chilotes en el textil williche
Osvaldo Guineo nació y creció en Chiloé. Sin embargo, nunca vio en sus familiares y cercanos el oficio tradicional del textil chilote-williche. La urgencia por encontrar oficios más rentables había terminado por clausurar la práctica del textil entre sus familiares. Fue así como de forma autodidacta, Guineo comenzó su propio recorrido para levantar un oficio que parecía destinado a la leyenda. Comenzó a investigar y a tejer, y de ahí en adelante, nunca más se detuvo. Hoy, este joven textilero es un referente fundamental en el trabajo con el kelgwo –el telar williche– y los tipos de tejido existentes en Chiloé. “Soy de las ultimas personas que esta trabajando el kelgwo en Chiloé. Y es que hacer un poncho te toma un mes completo trabajando todos los días”, cuenta Osvaldo, preocupado por la escasa presencia de otros textileros jóvenes que se interesen en continuar con esta técnica de finas piezas textiles únicas de esta isla.
Durante la exhibición, Osvaldo mostró más de tipos de 25 puntos textiles diferentes, algunos netamente indígenas –como el caso del poncho chilote– otros que dan cuenta de influencias españolas y sincretismos religiosos –como el punto cruz–. También, explicó a los asistente sobre la enorme diversidad de tramas y urdimbres que se usan en cada punto y usos de cada tejido, como también la presencia de la naturaleza en muchos motivos de los textiles, lo cual según Guineo configuró, para los antiguos, una especie de firma autoral de la pieza asociada al paisaje del territorio huilliche que habitaban.
Revitalizar el textil en las comunidades cuzqueñas
Nilda Callañaupa es la fundadora del Centro de Textiles Tradicionales de Cusco. Fue dado su enorme compromiso con las comunidades textiles que el equipo curatorial del Museo Chleno de Arte Precolombino la invitó a participar de la curadoría de la futura exhibición “arte textil de contacto”. Y es que ella lleva décadas revitalizando con mujeres jóvenes el hilado, el tejido y el teñido, rescatando los tintes naturales observando y estudiando los tejidos precolombinos de su territorio andino.
Durante el conversatorio, Nilda Callañaupa mostró las connotaciones de los tejidos cuzqueños con la religion andina, los contactos con la república, entre otros, mostrando incluso cómo “nuestra ropa tradicional es una mezcla de adaptaciones e imposiciones”, explicó.
También, en el oficio de cientos de mujeres tejedoras, dio cuenta de la relación respetuosa que el oficio textil guarda con la naturaleza, como también con ceremonias de ofrendas “para pedir a nuestros apus sagrados la fertilidad y que lamas y alpacas se multipliquen”, expicó Nilda. La fundadora del Centro de Textiles Tradicionales de Cuzco guarda una estrecha relación con diversas comunidades textileras. Por eso, durante la exhibición los asistentes pudieron ser testigos ya de una vasta colección de pasadizos, mantas, gorros y ponchos de comunidades cuzqueñas como Chinchero y Patabamba, piezas originales que, explica, no mezclan hilos de distintos animales. Pero también trajo ponchos realizados con fibra sintética, y dio cuenta de las diferencias al tacto y la vista entre ambos tejidos.
“Vengo de un mundo que está reemplazando el tejido, el hilado y los teñidos naturales por la fabricación de sintéticos”, sostuvo con preocupación. Sin embargo, Nilda también rescata como, al compartir con tejedoras jóvenes, se percata de que existe un regreso el mundo de lo natural. “Tengo el sueño de que subsistan los tejidos tradicionales cuzqueños”.