Los llamados Libros de Chilam Balam son una de las secciones más importantes de la literatura indígena americana. Al ser redactados después de la conquista española, su escritura y su forma material son europeos.
Su contenido es heterogéneo. Contienen textos de carácter religioso. También, textos históricos. Hay también escritos médicos, cronológicos, astrológicos, astronómicos, literarios y textos no clasificados. Diversidad de contenido que abarca todas las fases culturales por las que fue pasando el pueblo maya de Yucatán hasta que cesaron de compilarse.
Chilam Balam de Kaua es el más extenso de estos documentos y es atribuido a dicho pueblo por haber sido Pasqual Ay, habitante de ese lugar, uno de sus dueños.
En este artículo, publicado en el reciente número del Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, su autora Florencia Scandar nos invita a una revisión iconotextual de un fragmento del manuscrito, una nueva interpretación de la imagen y del texto que lo componen.
La autora trabaja sobre esta imagen. Su objetivo “es dilucidar algunos aspectos poco comprendidos del fragmento”.
¿Qué nuevas apreciaciones aparecen?
¿Qué sale de la boca de los leones? Florencia Scandar propone que se trataría de un cometa con forma de espada, al estilo de las representaciones realizadas en la edad moderna europea. “Tanto la imagen como la narración se sitúan en el ámbito celeste, donde probablemente la frase sac kuyuch muyal –que podría traducirse como ‘blanca espiral de nube’– haría alusión justamente al fondo de la ilustración, colmada de espirales o volutas vinculadas posiblemente con ese momento húmedo y frío propicio para las enfermedades”.
La autora habla del significado de estos cuerpos celestes: “Si bien no tenemos evidencia clara sobre cometas en época prehispánica, según Erik Velásquez y colaboradores (2011: 143), y de lo que podemos inferir de fuentes coloniales,¹⁷ los mayas asociaban su aparición con los presagios más funestos, como plagas y enfermedades”, como otra de las explicaciones que indicarían que la figura que salía de la boca de los leones era un cometa con forma de espada, presagiando enfermedades y muerte.
El texto, al igual que otros de la época y tradición, reflexiona sobre el interés maya por los temas apocalípticos-proféticos, y con los fenómenos astronómicos: “(Cometas, eclipses, el signo Cáncer, la humedad y el frío) relacionados con enfermedades terribles que parecen no tener cura y que son generadas por bestias celestes de la tradición maya, pero que despiertan resonancias con algunas menciones a bestias apocalípticas de la tradición judeocristiana”.
“El fragmento de texto analizado nos habla de un período peligroso en el que las personas en general, particularmente las mujeres embarazadas y los niños, están propensas a contraer cierto tipo de enfermedades. Ese tiempo funesto se generaría por la conjunción de diferentes factores: por un lado, porque “así es Cáncer también” (el pasaje del Chilam Balam de Chan Kan dice “Cáncer [es] frío en el amanecer”)… Y por otro, es posible que sea igualmente un momento de eclipse, otra instancia delicada donde muchas cosas malas podían suceder, y que además se esté refiriendo a la presencia de un cometa, elemento que auguraba males de diferentes tipos en estas dos tradiciones. De tal modo, los seres celestes y las bestias feroces conocidas como Ahchibalob encontrarían vía libre para desparramar su dolor y sus enfermedades sobre la Tierra”.
¿Quieres saber más detalles de este texto?
Te invitamos a leer acá: https://boletinmuseoprecolombino.cl/nuevo/wp-content/uploads/2024/12/Scandar_29_2.pdf