El origen de este prendedor hunde sus raíces en antiguas tradiciones de la cultura Inka. Hoy sujeta el chamal y otros adornos de plata que luce la mujer mapuche.
La platería mapuche sintetiza dos importantes tradiciones: la prehispánica y la hispano-europea. Es un arte en el que se integra la cosmología del pueblo mapuche con las nuevas tecnologías del trabajo en plata traída por los españoles. Este arte cimentó en tierra fértil puesto que los antiguos mapuche ya conocían de la metalurgia del cobre y la plata mucho antes de la Conquista.
La orfebrería en plata (rutran) incorpora la fundición que llega del Viejo Continente, pero conserva la técnica de laminado de los adornos de tradición inka. Con el tiempo, las joyas pasaron a formar parte del atuendo tradicional de la mujer mapuche y de la dote matrimonial. También se confeccionaban con plata los aperos para el caballo, destacando la belleza de sus herrajes, espuelas y estribos.
A finales del s. XVIII e inicios del XIX, la platería florece en toda la Araucanía. La variedad de estilos y diseños que desarrollan sus artesanos especializados (rutrafe), reflejan la riqueza de la sociedad mapuche de esta época. Por entonces, dominaban el comercio de ganados y caballares en las plazas fronterizas y de allende los Andes. Las monedas de plata de las transacciones fueron símbolos de prestigio de los lonkos mapuches, muchas de ellas transformadas en joyas para sus esposas y en aperos para engalanar a sus caballos.
El alfiler tupu arribó a la región como préstamo Inka, cuando este imperio andino dominaba hasta el sur del río Maule. Así lo indican el estilo de este ornamento y el nombre en quechua con que se le designa. El alfiler con un gran disco plano es la prenda más llamativa en el s. XVIII. Sujeta la manta o chamal de la mujer mapuche. Adentrado el s. XIX, el tamaño del disco disminuye y lleva diseños repujados, grabados o troquelados con cruces simétricas que remiten al motivo keru, los cuatro puntos cardinales que representan el solsticio en la cosmovisión mapuche. Al mismo tiempo, aparecen los prendedores de aguja o akucha, con una gran esfera de plata y colgantes de cruces, flores o figuras humanas que pasan a reemplazar en su función a los anteriores tupus de disco plano.
En un mito mapuche se explica que la plata es un metal mucho más antiguo y valioso que el oro y que está íntimamente vinculado a lo femenino. Cuenta el mito que en tiempos primordiales el sol golpeó a la luna y ante su violencia ella huye triste de su hogar llorando lágrimas de plata que caen a la tierra; el sol después de verse solo y arrepentido, llora lágrimas de oro.
MChAP: “La platería de los mapuche”. Exposición Permanente Chile antes de Chile, Museo Chileno de Arte Precolombino.
IRMChAP: “Platería mapuche”. Guía de Sala Exposición Permanente Chile antes de Chile, PDF.
IRMChAP: “Platería araucana”. Carlos Aldunate y Walter Reccius, 1985, Museo Chileno de Arte Precolombino, PDF
IRMChAP: “Mapuche. Semillas de Chile”, Carlos Aldunate, 2009, Catálogo de Exposición Temporal, Museo Chileno de Arte Precolombino, PDF.
IRMChAP: “Culturas americanas. Pueblo Mapuche”. Pueblos originarios, Museo Chileno de Arte Precolombino.
IRMChAP: Serie documental “Kuyfi Kimun: Platería”. Rojizo Comunicaciones y Novasur.
IRRepresentación de mujer mapuche con sus joyas, inicios del siglo XIX. Ilustración, José Pérez de Arce, Museo Chileno de Arte Precolombino.
Horario
Martes a domingo
10 a 18 horas
Martes a domingo, 10 a 18 horas
Ubicación
Bandera 361
Santiago, Chile
Bandera 361, Santiago, Chile
Apoyo Institucional