El ser humano siempre ha anhelado tener certezas en su porvenir. Cuando deseamos algo, tomamos decisiones y realizamos actos para conseguirlo. La América indígena desde tiempos milenarios ha producido numerosos objetos diseñados para condensar estos deseos y propiciar que se concreten.
En la cima de un cerro tutelar fue ofrendado este llamo color de sol para que críe bonito al rebaño.