Desde el 2023 el Museo Chileno de Arte Precolombino dio inicio a uno de los proyectos de investigación más emblemáticos en torno a sus colecciones. Se trata de “Catálogo Razonado”, el que con la mirada puesta en la interculturalidad y la descolonización, ofrece una mirada actualizada e integral de las colecciones en exhibición.
Para esta etapa, se abrieron las vitrinas de la Sala “Chile antes de Chile” y se extrajeron 141 piezas de origen Mapuche de materialidades como platería, madera, textil, cerámica y líticos. De todas estas piezas se reescribieron sus relatos a través de nuevas fichas razonadas, que ahora incorporan la mirada y recomendaciones de los especialistas y cultores indígenas invitados.
Hoy te presentamos a dos expertos en líticos (piedra) de este relevante proyecto: el longko Alejandro Toro Wentekura, del lof (comunidad) Zagküll, de Carahue y la educadora y kimche, Laura Ancavil, de Makewe, quienes son parte del Colegio Intercultural Cerro Loncoche. Ambos viajaron de su comunidad, para visitar junto al equipo de Catálogo Razonado las salas “Chile antes de Chile” y “América Precolombina en el arte”, también los depósitos de Colecciones, en donde pudieron interactuar directamente con las piezas líticas como tokikura y clavas de piedra, pipas y figuras antropomorfas y discutir en torno a los cambios y continuidades de estos objetos para el pueblo Mapuche.
Piedras que perviven
Para el pueblo Mapuche, las piedras son un elemento que denotan un carácter sagrado y ritual, principalmente asociado a la guerra, a la política y a los sueños (pewma). Así lo manifiestan crónicas coloniales y relatos etnográficos de mediados del siglo XIX y del siglo XX, que describen, por ejemplo, piezas como los tokikura, los cuales “consideraban piedra muy santa, que pedía adoración, además, tenían que darle siempre bastante sangre, esto, para beneficiar a su portador (Koessler 2006). Las piedras son elementos con agencia propia, un objeto con mongen o ngen, vitalidad y espíritu capaz de propiciar la suerte o desgracias a quien la porta, guarda, o hace distintos usos de ella.
En el Museo Chileno de Arte Precolombino existe una importante colección de piezas líticas como clavas y tokikura (también conocidas como hachas de piedra). Entre los conceptos que surgieron durante el nutram con los especialistas líticos, fue la asignación de valores como su antigüedad, dureza, tamaño y resistencia de las piedras. Esto otorga a las piezas líticas un carácter distintivo que las destaca por sobre otras materialidades. “En nosotros, la kura tiene esa noción de que pervive, a pesar de todo. La piedra ha resistido el paso de generaciones, tiene esa fuerza, ese mongen que permitió que ahora estemos aquí. Porque sobrevive, pese al rigor de la naturaleza”, comenta Alejandro Toro Wentekura.
La piedra y su carácter social
Las piezas líticas ofrecían un valor social a quien las posee. Eran portables y se distinguían entre quienes las usaban. Por eso, su poder estaba restringido a quienes tuvieran la competencia, capacidad y dignidad de manipularlas, como los ñidol y los ülmen, portadores de esta capacidad representada por diversas piezas líticas. Poseer una tokikura fue y sigue siendo símbolo de dominio de una fuerza espiritual y conocimiento. Y ser capaz de manipularlas y tallarlas también daba cuenta de esa habilidad. “Los kura los llevaban las personas que se los merecían llevar, a través del kimün. Porque en el fondo, eso es lo que representan. La fuerza, el newen del kimün”, sostiene la kimche Laura Ancavil, del territorio de Makewe de la comunidad de cerro Loncoche.
La palabra “toki kura” refiere a “la piedra del toki”, al “hacha de piedra”, como también, a la piedra utilizada para confeccionar un “hacha”. Estos significados se desprenden del término “toki” que indica tanto la figura del líder militar mapuche e, igualmente, al artefacto del “hacha”, es decir, su nombre etnográfico refiere tanto a la tipología como a su función, y además, a la persona que en tiempos de guerra la portaba.
Algunas de las discusiones que se llevaron a cabo tuvieron que ver en relación a la pérdida del conocimiento de este oficio, pero también con el respeto y temor que ha existido a las piedras. “Antiguamente la gente solía creer en las piedras. Ahora, el kuyfi kimün (conocimiento antiguo) no ha ido pasando hasta nuestras generaciones, por desconocimiento. Pero también, por la influencia de denostar esta parte del kimün mapuche”, sostiene Alejandro Toro Wentekura, proveniente de Zangküll Sankül, en Carahue.
“Muchas veces, las piedras han sido temidas, consideradas elementos intocables. Ese respeto que es tan fuerte en la kura y que se desprende de muchos relatos, es el RESPETO que hay que tenerle a los elementos naturales que hay en esta mapu. La piedra es compañera nuestra, en nuestras vidas, en nuestro caminar también…