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Seres extraordinarios
En el pensamiento indígena americano, la naturaleza se funde con la cultura. Es así como los seres humanos asumen atributos del mundo vegetal, animal o mineral, y de igual forma entidades de la naturaleza incorporan características humanas. Estos seres reales y fantásticos a la vez, inciden en el devenir de la vida y de los objetos.

Frutos y flores surgen de los seres del mundo. Animales, plantas y humanos, todos se enlazan en una red tejida.

La cultura Paracas se desarrolló en la costa desértica del sur de Perú. En ese contexto, las imágenes llenas de color de vegetales y animales de sus textiles, contrastan con el paisaje árido, dejando al descubierto la necesidad de las tejedoras Paracas de traer vida al desierto.

 

En las culturas andinas, el textil se comprende como tierra (o pampa). El bordado en el textil sería, pues, una forma de hacer surgir de la tierra el color y las formas que traen la vida, así como la semilla brota a la superficie convertida en planta.

 

Este fragmento de tejido bordado que forma parte de un borde con flecadura de un gran manto funerario, expresa muy bien lo que pudo ser la cosmovisión de la gente de Parakas. En conjuntos rectangulares unidos por pares, se aprecian cuatro motivos decorativos principales. De derecha a izquierda, de acuerdo al observador, hay una figura acostada con forma humana de cuya boca surge un vegetal; en su cuerpo hay un rostro de cuya boca también brota una planta, con frutos o semillas en germinación. A su izquierda, yace un poroto al que le nace una planta con tallos entrelazados y flores; de sus ramas emerge un rostro con la forma de un mono. El tercer motivo es similar, pero las ramas entrelazadas terminan en frutos o semillas y en el extremo contrario, y del rostro humano parece surgir algo similar a una diadema. El cuarto diseño muestra a un ser serpentiforme con rostro de grandes ojos redondos que miran hacia arriba; lleva una nariguera que le cubre su boca y una diadema con rostro en su frente; el resto del cuerpo es un entramado de flores y hojas. Luego, hacia la izquierda, la secuencia se repite con el personaje humano que le surgen plantas. Es posible que esta misma secuencia de motivos se reitere en el resto del borde del manto.

 

Como decíamos, este fragmento es parte de la orilla bordada que tienen los refinados y monumentales mantos funerarios de Paracas que, junto a un sinnúmero de otras finas prendas tejidas, como túnicas, taparrabos y turbantes, entre otros textiles, envuelven los cuerpos de los difuntos conformando los enormes fardos mortuorios que han dado fama mundial a esta cultura andina, así como a su arte textil. Todo el discurso que se plasma en la iconografía de estos tejidos destinados a cubrir a los muertos, potenciaba la idea de que los cuerpos humanos eran enterrados en la tierra como semillas para generar nueva vida.

Para saber más

  • MChAP: “Mantos funerarios Paracas: Ofrendas para la vida”, Exposición Temporal, Museo Chileno de Arte Precolombino, 2015.

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  • MChAP: “Tres ensayos sobre Paracas Necrópolis”. ArtEncuentro 2, 2016, Serie digital Museo Chileno de Arte Precolombino, PDF.

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  • MChAP: Sheyla Hicks, Reencuentros. Catálogo de exposición temporal, Museo Chileno de Arte Precolombino, 2019, PDF.

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Imágenes complementarias

Detalles de los motivos en el fragmento textil bordado, MChAP 3447.

Detalles de los motivos en el fragmento textil bordado, MChAP 3447.

Detalles de los motivos en el fragmento textil bordado, MChAP 3447.