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La fragancia de nuestra madre coca

La hoja de coca (Erythroxylum), ha formado parte de la vida cotidiana de muchos pueblos andinos de ayer y de hoy. Su consumo tiene profundas raíces sociales, económicas y religiosas. Está presente en las ceremonias de ofrendas y en diversos rituales, y es muy valorada en el reconocimiento y mantención de lazos sociales. También es muy importante en la nutrición, pues la hoja de coca es más alta en calorías, carbohidratos y proteínas que el promedio de muchos otros vegetales comestibles. Tiene, además, propiedades medicinales. Los alcaloides de la coca actúan como un moderado estimulante que ayuda a combatir el hambre, el dolor, el cansancio y a mitigar el ‘mal de altura’. La coca se consume mascando sus hojas hasta formar un bolo que se aloja en la mejilla, acto que se conoce en los Andes como acullico o chacchado. La evidencia más antigua de su uso es de hace ocho mil años y se encuentra en el sitio de Las Pircas, Valle de Chancoc, del norte de Perú.

Trichocereus Pachanoj (Jill Plugh and Steven F. White©, 2022).

(Foto, Gonzalo Puga).

Mascando coca en los Andes

La representación de la coca no es frecuente en los Andes precolombinos, aunque el acto de mascar sí lo está y de diversas formas. Esculturas de figuras humanas de cerámica con protuberancias prominentes en una de sus mejillas son recurrentes en algunas culturas de la sierra ecuatoriana.

También en la cerámica de los moche de la costa norte del Perú, se muestra a individuos que mascan coca en el contexto de elaboradas escenas rituales o sociales.

 

El acto de mascar coca está documentado en los objetos que se usan en esta práctica, los mismos que figuran en el arte de estos pueblos precolombinos portados por distintos personajes. Entre ellos, destacan los recipientes que se usan para guardar la cal en polvo o llipta y los palillos utilizados para ir extrayéndola mientras se consumen las hojas de coca. La cal es un material alcalino fabricado con la ceniza de vegetales o conchas calcinadas y es el aditamento esencial que permite activar los alcaloides de la planta.

Botella pintada: Personajes mascando coca.

Cerámica. Cultura Moche, 1-600 DC. Costa norte de Perú.

Colección Museo Larco, Lima, Perú ML004112; PT 62. (270 x 152 x 154 mm).

(Foto, © Museo Larco).

Con el calero y el pilón en sus manos, el curandero masca las hojas de coca frente a su ‘mesa’ ritual.

Cabezal de un cetro ceremonial.

Metal. Cultura Moche, 1-700 DC. Costa norte de Perú.

Donación Sergio Larrain García-Moreno, MChAP 0483. (100 x 68 mm).

Consumir hojas de coca mezcladas con cal es el acullico, un antiguo hábito social y ritual andino. La llipta potencia el efecto estimulante de esta planta sagrada.

Recipiente para cal o lliptero y su pilón.

Hueso grabado. Cultura Chimú o Chancay, 1000-14000 DC. Costa central de Perú.

Colección Norbert Mayrock, MChAP 3415 a y b. (144 x 48 mm).

Botella con personaje mascando coca.

Cerámica. Cultura Nasca-Wari, 500-700 DC. Costa sur de Perú.

Colección Salinas de la Piedra, PT# 63. (195 x 130 mm).

(© Foto Julián Ortiz).

La protuberancia en la mejilla de estos personajes indica el acto de mascar coca en una actitud que parece quieta y solemne.

Mujer y hombre mascando coca.

Cerámica. Cultura Capulí, 800-1500 DC. Sierra norte de Ecuador.

Donación Sergio Larrain García-Moreno, MChAP 0029 (131 x 100 mm) y MChAP 0028 (154 x 80 mm).